La muerte de Raúl Reyes es en primer lugar un gran golpe al movimiento guerrillero, basado en el papel que este personaje venía desempeñando en las FARC en los últimos años. Era el artífice político del movimiento, el responsable del acercamiento entre el movimiento guerrillero y algunos gobiernos como el de Chávez y el de Correa que no ocultan sus simpatías hacía la guerrilla.
Sin embargo tantos años de negociaciones y diplomacia buscando un acuerdo de paz, desde la época del gobierno de Pastrana y la zona de despeje de San Vicente del Caguan, ha deteriorado la operatividad militar del movimiento. Y sumado a eso está el apoyo recibido particularmente por el gobierno de Chávez, que lejos de fortalecer la moral y la vigilancia de los negociadores, los colocó en un ambiente que fue reblandeciendo estas características, con invitaciones a los centros de poder político en nuestro país, donde claramente se puede apreciar que se juega a una doble moral, el espíritu revolucionario con el contrato o la prebenda en el bolsillo.
Existe otro factor, que ha reblandecido la moral y la vigilancia de la FARC, este ha sido el subestimar al presidente Uribe, quien desde un primer momento fue caracterizado por la guerrilla como una mezcla de beato con Gauleiter, (uno de los lideres del partido nazi en la época de Hitler), y que aún no habiendo cambiado esa caracterización, se les fue olvidando y fueron bajando la guardia.
Finalmente es importante mencionar que la necesidad que tienen las FARC de volver a sus ideales primarios, y desentenderse por un lado de las lisonjas que les han puesto en frente, y por otro de los excesos de rapacidad como el cobro de vacuna y la retención de rehenes... todo esto si quieren seguir existiendo como movimiento revolucionario.
Arículo Original: Escrito por Domingo Alberto Rangel,
Diario "El Carabobeño", día: 9 de marzo de 2008
