martes, 8 de abril de 2008

COLUMNA “AGENDA PÚBLICA”

No hay confianza
La reactivación del caso de la muerte de Danilo Anderson muestra indudablemente la falta de credibilidad en las actuaciones del Ministerio Público. Es realmente incompatible con el papel que debe jugar este ente en un sistema democrático las acusaciones que han salido a la luz pública señalando el forjamiento de actas procesales que involucran a un grupo de fiscales designados para el caso y especialmente las dirigidas hacia el ex fiscal general de la república Julian Isaias Rodríguez, quien debía ser el máximo garante de la transparencia e imparcialidad de las pesquisas judiciales que se realizan en el país. Es curioso resaltar que desde el inicio de esta investigación la fiscalía general de la república trató de darle un cariz político a este hecho, involucrando a personas claramente opuestas al gobierno y manipulando en todo momento la información. El país merece una investigación clara y seria de lo ocurrido con la muerte del ex fiscal, que nos permita recuperar la confianza, si es que algún día la hubo, en el Ministerio Público, pilar fundamental de la democracia.

Falta de discreción
Las computadoras recuperadas en el campamento de Raúl Reyes han levantado una gran polémica en cuanto a la credibilidad de su existencia y del contenido de ellas. Sin embargo, si el gobierno colombiano hubiese manejado de una manera más discreta la supuesta información encontrada en estas máquinas, se hubiera llegado a resultados mas contundentes que hubieran demostrado la relación entre la guerrilla de las FARC y los gobiernos de Venezuela y Ecuador; pero esta falta de inteligencia ha servido solamente para mantener viva la rivalidad existente entre los gobiernos de estos países con Colombia así como también darle pie al inaguantable discurso repetitivo y antiimperialista del presidente Chávez.

“Lo que está a la vista no necesita anteojos”
Sin lugar a dudas la Reforma Curricular que pretende cambiar los contenidos de la educación inicial, primaria y secundaria de los venezolanos tiene una orientación estratégica hacia el socialismo del Siglo XXI en la cual se ve amenazada la coeficiencia intelectual de la población en edad escolar con la posible implatanción del programa impulsado por el régimen chavista. Ahora bien, esta problemática pareciera pasar a un segundo plano cuando lo que se discute ya no es el hecho pedagógico en si, sino la decisión de si se impone o no el proyecto y en que fecha; tomando en consideración que este es un año electoral, cualquier decisión que se tome con relación a la reforma educativa puede afectar los resultados de ese proceso, es por eso que el gobierno sopesa muy bien el costo político que esto pueda traer y ha propuesto un diferimiento de la aplicación del proyecto haciendo ver esto como una muestra de su talante democrático y no como una decisión política. Una vez más el gobierno hace lo que quiere sin interesarle que piensen los venezolanos y que tan grande sea la preocupación de maestros, padres y estudiantes sobre este tema; mostrando que todo lo hacen para el beneficio del pueblo cuando la verdad lo que importa es lo que les conviene a los más “rojos- rojitos”.